Luego de haber andado tantas horas en micro, sumado al viaje en barco, mi sistema digestivo estaba tarado y mi estómago se encargó de hacérmelo saber. Claro, encima, de nabo, se me ocurrió llegar y morfarme las salchichas y papas que tenía de la noche anterior, o sea, una animalada de comida. Está demás aclarar que no me cayeron para nada bien. Sumado a esto, mis hemorroides se levantaron en armas apoyando al sistema digestivo convulsionado. Y para cerrar la cosa, a la hora de ir a acostarme me encuentro con un chino nuevo en la habitación, que ya, a las 10:30pm estaba durmiendo. Al principio todo bien, pero luego empezó a entonar la marcha nupcial versión amígdala.
Así que, con el estómago rugiendo, el chino roncando y el culo latiendo, tuve una noche tremenda.
Al otro día, hombre precavido, sabiendo como son estos viajes en micro y lo que había sufrido cuando empecé mi travesía por NZ (entendiendo incluso a la china que vomitó detrás de mí), mi desayuno constó de una coca y una banana. Todo calculado, salí hacia Dunedin.
Día fríiiio, nublado…choto, de nuevo. Y yo que me caía a pedazos. Así arribé a Dunedin. En la habitación de 3 sólo había una chica, japonesa…de nuevo, no potable.
Salí recontra emponchado a recorrer las calles de la ciudad. Realmente una vuelta de reconocimiento, porque estaba muerto. Si bien llevé la cámara tuve hasta paja de sacarla del estuche.
Pero un nuevo día amaneció en Dunedin, la ciudad que tiene la primera universidad de NZ, la que tiene la calle más empinada del mundo (nunca la fui a ver, me dio fatiga de sólo imaginármela) y tantas cosas más.
Dunedin se destaca por su arquitectura escocesa. Aparentemente, cuando los Scotish llegaron a NZ no querían tener nada que ver con los ingleses, así que en 5 segundos encontraron este lugar y se asentaron. Es una ciudad muy pintoresca en cuanto arquitectura. Grande, es la 3er ciudad más grande de NZ con unos 115000 habitantes, aprox. Y yo que creía que era un pueblito en medio de la nada…
Hay muchas iglesias/catedrales por todos lados.
Había un edificio que me llamaba la atención. Lo veía allá arriba de la colina, imponente. Pregunté en la recepción del Hostel, no me supieron decir qué era. Después le pregunté a unos bomberos por una “catedral allá arriba”, tampoco me entendieron. Hasta que, perdido por Dunedin me encuentro con una calle que subía. Empecé a caminar. Y ahí me encontré con este edificio:
Saben lo que es? El San Luis Gonzaga de Dunedin…igualito, no? Jeje Es una escuela secundaria…q lo parió!
Luego recorrí la Universidad de Otago, como les decía, la primera universidad de NZ.
Y los jardines botánicos.
Cuando entré a esta parte de los jardines me sentí Alicia en el país de las maravillas!...por lo rubia, viste?
La verdad que los kiwis la tienen muy clara para esto de los parques. Son unos más lindos que otros. Algo que tendríamos que copiar.
Por otra parte hice mi primera excursión en tren. Los trenes siempre me encantaron, tienen una magia inexplicable, me relajan mucho. Y encontré que en Dunedin sale un tren llamado Taieri Gorge Railway, que tiene 3 destinos, el más popular (y barrrato) es hacia Pukerangi. Para mayor suerte, al ser miembro de la cadena de hostels YHA tengo un 20% de descuento! Maaaarche un viaje en treeen!
Y esto fue lo que vi:
Ahora viene lo peculiar. Sentado el primer día en un banco en la recepción, con mi notebook, tratando de organizar mi itinerario, veo que entra una mujer mayor, se acerca a la recepcionista y le pregunta:
- Hola. Acá funcionaba un hospital, no?
- Sí – le contesta la recepcionista – hace tiempo que lo mudaron y lo compró YHA.
- Claro…yo trabajé en este hospital 50 años atrás.
Wow…que loco….así que estoy parando en un viejo hospital………un viejo hos-pi-tal….sangre….gente muerta…….la connncha de la looora!
Obviamente la indagué a la recepcionista ni bien se fue la señora.
Cuenta la leyenda (luz tenue, música de violín desafinado de fondo, tormenta eléctrica para decorar el exterior), que ciertas noches se han sentido voces y hasta como sonido de camillas corriendo por los pasillos.
Y miren uds mismos si esto no tiene pinta de hospital:
A mi me pasó…posta (te lo juro con los deditos). Yo escuché una voz que dijo mi nombre. Era de noche, estaba acostado…obviamente con la frazada cubriéndome la cabeza (son precauciones básicas anti-fantasmas). Y siento que dicen suavecito:
- Liandroou – claro, son fantasmas que hablan inglés, no le pidas que pronuncien bien.
Aaapa lalá!
- Liiaandrroouu – de nuevo! Y yo ahí me hice bolita en la cama.
- LIANDRO! – y me tocan el hombro! Para qué!?! Salté como resorte. Encima que estaba durmiendo en la cama de abajo de una cama cucheta, me estampé la frente contra la cama de arriba!
- Can you please turn off the light? I’m trying to sleep! [Podés apagar la luz, por favor? Estoy tratando de dormir!]
Era la japonesita compañera de habitación. De metro 52, carita redonda como una tarta y pelo despeinado. Claro, yo del sorete que tenía dejé la luz prendida…es otra de las precauciones anti-fantasmales que aprendí de Scooby Doo. Pero bue…todo no se puede. Así que tuve que apagarla.
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