De todas maneras no dejó de parecerme encantadora. Creo que, incluso, me resultó más encantadora que Wellington. Y eso que Welly tiene un GRAN encanto. Ambas ciudades están vivas. Algo que no sucede con Auckland. Varios europeos que viajan por NZ opinan que es insulsa (Auckland). Y lo es, como ciudad no dice nada. Pero Auckland es más que las 10 cuadras céntricas, Auckland tiene mucho a su alrededor. Igual no estamos hablando de AUK, sino de Christchurch.
Estaba un poco con miedo con Christchurch, porque si bien varios me habían dicho que era una hermosa ciudad, fue la que tuvo el terremoto de 7.1 hace un par de meses (si es que llega a un par). En las imágenes televisivas y por lo que los medios publicaron, básicamente el terremoto había destruido la ciudad. Cosa que no fue así.
Si bien hubo enormes daños, la parte céntrica permanece casi intacta. Fueron las afueras las que sufrieron mucho (ya verán fotos).
Este cartel, en la iglesia, indica que la misma tiene un café. La característica de este café, como dice, es que es “Fully Licenced”, qué significa? Que pueden vender alcohol.
Ahora, esta no es la única particularidad de la catedral. Otra de las cosas, bieeeen pensadas marketineramente, es que vos entrás por la puerta principal, a través de una puerta automática que se abre a tu paso, pero no podés salir por la misma. Sino que la salida está a través del local interno de souvenirs. No son unos capos?
Terremoto
Ciertos sectores de la ciudad lucen desolados, como si fuera un pueblo fantasma o después de sufrir un bombardeo.
La galería de arte
Había una muestra de un tipo llamado Ron Mueck, que es un animal de escultor. No la vi porq mi cocodrilo no quiso pagar 15 NZD para entrar. Pero vi fotos y son tremendas las esculturas. Lo mejor que he visto en figuras humanas. No es cera, sino una mezcla de cosas. Las expresiones que logró, ves una foto y pensás q es una persona real. Googleen para ver su obra. Pero acá encontré un video resumen para que vean lo que digo:
Art Centre
El Art Centre es un paseo y, a la vez, un complejo donde internamente funciona la escuela de bellas artes.
(me había olvidado de publicar las fotos en la primera versión!)
Cuidado!
Por si sos medio boludo y no te das cuenta que un tranvías funcionan con vías, los kiwis te ponen un cartel. Esto es algo, a mi gusto, extremo. Sé que hay una tendencia de que todo sea APB al cuadrado, y que últimamente parece que todo nos lo tienen que decir y/o avisar de antemano. Pero, me pregunto: dónde queda el sentido común en todo esto? Yo entiendo el tema de la prevención, pero tampoco exageremos. Es como aquel famoso juicio que una mina le hizo a Mc Donald’s porque iba en el auto, se le calló el café y se quemó. Y lo ganó! Y desde aquel entonces todos los vasitos plásticos vienen con la leyenda “Cuidado, caliente”.
Se compara con esta tendencia anti-bacteria que tenemos ahora. La otra vez vi un producto en TV que era un “escupidor” de jabón líquido automático. Ponías tus manos debajo y te tiraba un chorro. Todo para que no toques el plástico porque, supuestamente, venís con las manos sucias y las bacterias quedan en el pico del jabón líquido. Loco, cuando era chico me lavaba las manos en la pileta de afuera de la casa de mi abuela con el resto de jabón federal que había. Acaso alguien pensaba en las bacterias asesinas? Hay tantas pelotudeces dando vueltas que tenemos que tener cuidado en no entrar en la paranoia colectiva, porque, al fin y al cabo, es todo meramente comercial. Me pregunto cómo sería un mundo sin celulares, donde el chico todavía tenga que ir a la escuela sin el mismo. Seguramente los miedos de los padres serían los mismos.
Con esto de las bacterias, había una china amiga o pariente de la cuñada de Fab, que era obsesiva con la limpieza. A tal punto que el chico vivía enfermo. Porque, claro, estaba todo tan esterilizado que el pibe no generaba anticuerpos. Los extremos no son buenos. Y si sobrevivimos a nuestra “nefasta” infancia bacteriana, seguro las generaciones futuras lo puedan hacer también.
TranzAlpine
Mis viajes en tren no quedaron sólo para Dunedin. En Christchurch ya tenía previsto hacer este viaje que son 4hs y pico, cruzando de costa a costa, metiéndose en el corazón de NZ y sus montañas.
Saqué fotos pero no taaaantas. Tuve la mala suerte de que a la ida me tocó del lado menos vistoso, a pesar de estar en la ventanilla. Y, a la vuelta, en un vagón donde me tocaba compartir mesa con unos alemanes. De espaldas al recorrido. Cosa q, de caliente, me senté, de nuevo, en una mesa vacía al otro lado, que, de nuevo, no era la mejor vista.
Claro, no me iba a conformar con eso. Así que me fui a otros vagones a ver qué tan ocupados estaban. No va que el vagón contiguo tenía las ubicaciones perfectas! Lleno de lugares vacíos. Lesssstoooo, agarré, tomé mis cosas y empecé camino hacia mi nueva ubicación. Pero, como si me hubieran visto, siento por altoparlante que anuncian: “Les pedimos a los pasajeros que mantengas sus asientos asignados porque, por más que vean muchos lugares libres, en la siguiente parada subirá un contingente que los ocupará.”
Todo esto iban diciendo mientras yo iba con mis camperas al hombro y mi bolso de la cámara colgando, tratando de abrir la puerta del vagón torpemente, para pasar al otro, quedándome atorado y haciendo fuerza para desenganchar el bolso de la cámara de la manija…me pasé igual!
Ahora, a la vista de los demás pasajeros habré quedado como un tarado. Pero bueno, sabía que para la siguiente parada faltaban como 1hr.
En fin. El viaje estuvo muy bueno de todas maneras. El destino final es Greymouth, en la costa oeste. Ahí estuve 1hr, todo bien a los pedos, y volví a tomarme el mismo tren para volver a Christchurch. Greymouth no tiene mucho…casi nada. Así que ni vale la pena que publique fotos.
La primera noche que llegué, después de que volví de caminar por la ciudad, decidí hacerme unas verduras al horno. Unas papas, cebolla y champiñones q había conseguido baratos en una verdulería de paso. Nada grave, simple y al pie. Me zarpé en aceite en la fuente, eso sí...pero nada, dejé tranqui el morfi haciéndose mientras me fui a tomar un porroncito afuera.
En eso aparece un viejo, que ya me lo había cruzado en el pasillo. Un viejito, encorbado, pelo y barba ultra canosos. Los labios finitos, hacia adentro, como si tuviera la boca reseca. Ojos celestes saltones...nada, un viejito. Me pregunta el nombre, empezamos a hablar y me dice q estaba medio sordo...pooobre...En una me pregunta la edad, le digo 31, y me dice "cómo me gustaría volver a esa edad!"....Me cuenta que el abuelo había estado en la guerra (calculé la primera guerra mundial) y que había recibido sólo media pensión después de q fue herido en batalla y le tuvieron q aplicar una placa de metal (al abuelo). Entonces, en una de esas, le pregunto cuántos años tenía.
- Sixty
Me quedo...lo miro...sigo la charla por un momento...con mi lengua a punto de preguntarle si él había estado en la segunda guerra mundial......le vuelvo a preguntar:
- Sixty u said? [60 dijo?]
- Yes, do I look older? [Parezco más viejo?]
"Naaaaahhh!" ...le dije..."es q mi inglés no es tan bueno". Me hice el boludo. Era cierto que era muy complicado entenderle al tipo...pero el número lo había casado al vuelo.
Si al tipo lo ponía al lado de mi viejo este parecía el padre más que el hermano mayor. Nunca vi un tipo tan deteriorado.
En fin...me despido del amable "ancianito" y vuelvo a la cocina a degustar mi comida fiaca-gourmet. Entro y la misma estaba llena de humo. No me hizo falta ni pensar 2 segundos para saber quién era el responsable de semejante humareda. Voy hacia el horno, con cara de pocker y veo que estaba apagado. Oooobvio...les dije q mucho aceite y el horno al máximo (como suelo hacer) se me incendiaron a los 10 minutos...Igual algunas zafaron. Así aaaalgo morfé.
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