viernes, 30 de octubre de 2009

Argentina NO tiene los políticos que se merece

Estoy cansado de escuchar "tenemos los políticos que nos merecemos". Porque desde que tengo uso de razón recuerdo a mi abuelo levantarse todos los días temprano para ir a laburar, honestamente, lo mismo mis viejos, los viejos de mis amigos, etc, y ahora nosotros. Pagando los impuestos, esforzándonos día a día, respetando al prójimo, siendo ciudadanos simples, y así con la inmensa mayoría de gente que está en la misma situación. Historias que se cruzan y que son las mismas que las tuyas, entonces me pregunto: de dónde salió la frase "tenemos los políticos que nos merecemos"?

La política no es el reflejo de la sociedad desde que Argetina es Argentina. La historia no miente, y ya en aquellas clases de Sociedad y Estado donde estudiábamos Rosas, el Unicato, los partidos políticos, los gobiernos de facto, etc, se entiende que el pueblo argentino es víctima de un monopolio político. Un sistema corrupto de unos pocos que sólo va dejando entrar a aquellos que curten la misma filosofía mafiosa: La ambición de poder sin escrúpulos. Poder que para mantenerse oprime al pueblo dividiéndolo y agotándolo economicamente. Pero aún así, Argentina vive.


Ese es el juego, instalar el pesimismo social, el mirar al otro con sinismo, prejuzgándolo. Hemos mamado una cultura del "sálvese quien pueda", de individualismo y "viveza criolla". Siempre excéptico con el prójimo. Si un ícono de nuestra música popular dice "el que no llora no mama y el que no mama es un gil", qué podíamos esperar? Pero nos involucramos tanto en este tipo de conducta que nos cegamos. No hace falta más que ir al interior del país para ver que todavía se rescatan valores como "humildad" y "honestidad", no, no en los políticos, sino en el pueblo. Que en la tan convulcionada Buenos Aires aún existen estos valores, pero que los olvidamos por momentos al dejar correr por nuestras venas la paranoia urbana/conurbana y entramos en la misma rueda enferma de la que nos quejamos.

Parece que nuestra sociedad se sometió demasiado a la idea del ídolo que nos rescate: El Diego haciendo milagros en el último minuto para darnos la victoria, Perón dándole derechos a los trabajadores, Charly entonando las canciones de libertad. Y con tanto o tan poco ídolo (Diego ya no juega más, Perón murió hace rato, y Charly vive en Democracia), con la melancolía que baña nuestro cotidiano, nos olvidamos del hoy, de que mañana puede ser mejor si peleamos, si nos mantenemos unidos. Que la sociedad y el país se construye desde abajo, desde nosotros. Que un hombre solo es débil, pero unidos no hay batalla imposible. Que todo cambio social siempre fue dado por las masas, no sólo por el líder. El lider es un símbolo: Qué hubiera sido del Che, de Gandhi, de Mandela...del mismo Jesús, sin el pueblo detrás. Tenemos que empezar a escucharnos, a dialogar, a creer.

Hay algo que Genaro me contó sobre Brasil: el slogan es "El país del futuro". Por más simple que parezca, la frase transmite esperanza en el mañana, el ver al futuro como algo que se construye hoy y creer, simplemente creer que el cambio es posible. Empezar a trabajar no sólo por el hoy y el ahora, sino en tener trascendencia con nuestras acciones, ya que cada generación es responsable de que las próximas generaciones tengan un país mejor.

Argentina asumió muy internamente al tango melancólico que recuerda al pasado que siempre fue mejor, pero angustia porque no volverá. Y esa angustia sólo nos vuelve pasivos. Nos sumimos en el ego de una Argentina dulce en la época de Perón, en un mundial que ganamos hace más de 20 años atrás, en la tierra más bella del mundo, cuando vendimos y estamos dejando destruir nuestros bosques, ríos, lagos, etc. Y hasta, aunque parezca mentira, importando pasturas de Nueva Zelanda cuando creíamos que lo teníamos todo y no necesitabamos de nadie más. Creo que bajar el ego sería EL gran primer paso.

Argentina no es bananera, porque Argentina es el pueblo, ese pueblo que se levanta todos los días, que cuida su tierra, que canta folklore, baila tango y chacareras, que prende fuego los domingos para reunir a la familia y amigos en la misma mesa para no otra cosa que compartir.

Así que a mi no me vengan conque Argentina tiene los políticos que se merece, porque yo no mamo más.

1 comentario:

Unknown dijo...

Apoyo tu reflexión. Se te extraña cuñata.

Saludos!!!