Ay, Cristina!

Me puse a pensar un poco en esto de los impuestos de los servicios. La verdad que me parece bárbaro, por primera vez, lo que hizo la Cris....

Tranquilos, estoy jodiendo. 

La bronca que me generó leer que hasta los corruptos de Defensa al Consumidor salieron a apoyar la medida me dejó, para variar, con esa sensación de impotencia que te violenta. 

Y se me prendió la lamparita. Quizá esto ya lo escucharon en varios medios, de periodistas más serios o Uds mismos, como yo, le entendieron la jugada a la Sra. Presidenta. De todas maneras no podía dejar de publicarlo para los que todavía no cayeron.

De qué se trata todo esto? Simple. Sacarle subvención a las empresas de servicios genera que ese gasto quede como ingreso en el estado, por ende, alimentar más el sistema corrupto de coimas, planes de clientelismo político (llamados planes trabajar), D'Elía, Gremialistas y Sindicalistas asociados y los bolsillos de nuestra tirabomba pareja presidencial. Pero la cosa no termina acá. Eso es lo primero que pensamos. No no, muchachitos, el tema se extiende aún más.

Contame cuál fue tu reacción cuando te llegó la factura? Ok, tu cara me dice todo.

Volvamos a rever el escenario:

a. Servicios exponencialmente encarecidos

b. Defensoría del consumidor y gobierno con la mirada a un costado. O sea, usuarios indefensos que deriva en desesperación.

c. Usuarios re calientes

El discurso del gobierno y los oficialistas es, traducido al criollo y leyendo entre líneas: "Les sacamos las concesiones y por ende ellos suben los precios. Capitalistas sin escrúpulos. Esto no es lo que el Gral Perón ni Evita hubieran querido para el pueblo!"

Pero claro, más allá de lo que diga el gobierno, vos estás re caliente y en bolas con un aumento que, para los bolsillos más ajustados, complica el día a día y genera una angustia bárbara.

Qué es lo que se va a empezar a rumorear como solución? Estatificación de las Empresas de Servicios Públicos. Si las empresas son del Estado, entonces los precios no tienen porqué aumentar.

Cantado!

Esto qué significa: PODER.

Con las empresas estatificadas el curro millonario constaría de lo siguiente:

1. Comprar las empresas: Pagar millones de más donde cada uno se reparte su vuelto.

2. Las empresas SEGURO, habrán sido saqueadas y/o no mantenidas de acuerdo con el contrato de concesión y hay que invertir. Este es el discurso que va a salir a decir el gobierno.

3. Esa inversión (ya sabemos cómo se manejan las cosas acá) va a salir 5 veces más (por decir una boludez) de lo que costaría...5 veces te dicen a VOS, con 1 se hace y las 4 restantes se reparten. Sí sí, ya sé que lo sabías, pero como para repasar los conceptos, viste?

4. Control financiero y político sobre personal y patrimonio por parte de nuestra querida pareja tirabombas con un ingreso que, por supuesto, retroalimentará al mencionado sistema corrupto.

Obviamente la compra no va a implicar cambios en las tarifas de movida. Te explico porqué? No no...dejame que te haga una observación. La nafta en NZ fluctúa...como escuchás, fluctúa más o menos acorde al precio del petróleo (tampoco son muy prolijos, eh). Contame cuanto bajó la nafta en Arg después que el barril mundialmente pasara de cotizar U$150 a $U$50? En Arg los precios siempre suben, pero bajarlos? Y no, cuesta trabajo... y en un país justicialista eso va en contra de los principios de moral y buenas costumbres.

Entonces, por qué esperar a que las tarifas de los servicios bajen de una si en la movida de la transición de privado hacia el estado podemos bancar un poquito más los mismos precios y engrosar el arca de la caja negra?

Este es un pantallazo, gente. Y la idea de esto es informar y estar informados. No dije nada nuevo, ni estoy mostrando la luz, pero la comunicación se traduce en educación para que nadie se quede afuera y entendamos. De nuevo: entender es el primer paso para encontrar una solución. Estas cosas cuestan, agotan, angustian, y queremos ver la primera pelotudez que aparezca en TV con tal de no pensar más después de remarla todos los días. Pero es necesario para empezar a cambiar la realidad cotidiana de una vez por todas.