Pausa y seguimos. Waitomo – Las tinieblas

Cronológicamente hablando, me estoy salteando Paihia, Hokianka y mi regreso a Auckland, pero eso puede esperar. 3 días…en sólo 3 días puede pasar mucho más que en un año entero.

Camino a Rotorua pasamos por Waitomo, otro pueblo. Ya habiendo hablado con una pareja irlandesa que conocí en Hokianka, me comentaron que una amiga de ellos había estado en el Black Hole. Qué carajo es eso? Una carverna. Waitomo se distingue por tener cavernas las cuales los turistas pueden hacer diferentes actividades, no sólo recorrerlas. El bus iba a parar 3hs ahí. Me anoté en Rafting. Rafting en las tinieblas. Iba a rascarle la chivita a Lucifer…o él a mi?

Mi sorpresa pasó cuando llegué. Vi pasar varios lugares donde hacían esta actividad Re Pro (boló)…no era el caso de este. La recepción estaba bien. Pero nuestro guía era un gordo maori EX rugbier de unos….eh….no no….te quedás corto, ese nro, multiplicalo por….el nro que se te ocurra, le vas a dar en el palo. Ahora, imaginate que todo ese peso no se distribuyó en todo el cuerpo y se quedó estancado en el torax y la zona abdominal, quedando los brazos y las patitas casi de tero. Pelo largo, morocho y, para el deleite del líbido: en traje de neoprén.

Te estás regocijando como un mamerto en tu escritorio y no da que te toques con esta imagen en la cabeza, la gente a tu alrededor puede pensar mal de vos….esperá a la primera escapada al ñoba.

Bien, continuamos…

El vehículo que nos llevaría a la “base” para ponernos, nosotros también, nuestros respectivos trajes, era una de esas camionetitas pan lactal, las clásicas Volkswaguen, pero hecha teta. Bieeen teta. Las cuerinas de los asientos estaban como decorado opcional y la goma espuma comida y añeja nos hacía de cómodos apoya ojete.

Pintura? El Negro cerraría el chaperío un mes entero, full time, para apenas lijarlo y de pedo darle una mano de anti-óxido.

Así nos desplazamos a la base. Me olvidaba describir que la dentadura de nuestro prolífico guía era algo así como…carenciada. Mis acompañantes en la aventura? 1 suiza y dos chicas de unos 15 años provenientes de Wellington. Así que, si el gordo se retobaba no tenía más alternativa que dar el golpe más fuerte que pudiese en las rodillas para ver si se las partía. Golpe a la boca del estómago? Síiii claro, primero había q atravesar varios kilos de grasa estacionada. Pegale vos ahí si tenés huevo, y más si lográs correr antes que el mono reaccione.

Ok…este es sólo el comienzo.

Luego de habernos cambiado en la base, la “combi”…desde ahora “bimbo” pa los gomias, estacionó en el lugar. Maori nos explicó que teníamos que tomar una cubierta y no sé que garompa más. Lo único que le entendía al gordo era: “as well”. Luego de eso me guiaba por las demostraciones. Pensá que alguien te hablara y entendieras esto: bfuflbkas jijfioe rfoiasf, as well. Asdjiw, as well, uiyiafiitu, as well…as well…

Y yo me iba a meter en una caverna con estas directivas de seguridad? Trataba de no hacerle caso al angelito parado en mi hombro cagándome a pedos mientras se fumaba un puro (eh!, es mi ángel, ok? Que fume lo que le plazca, tamo?) y me pateaba la oreja.

Con el traje de neoprén, botas de goma y una cubierta de coche caminamos por la pradera bajo los rayos del sol de las 3 de la tarde…. Ahora mis pelotas me cagaban a pedos. Yo las entendía…dentro del traje me sentía un matambre. Imaginate ellas.

Caminando los 5 en las pasturas me sentía parte del ganado. No hace falta aclarar quien era el toro, no?

Empezamos a bajar. La luz de atenuaba y las paredes de estalactitas (o estalagmitas, lo q prefieras) nos rodeaban. Con las luces de nuestro casco alumbrábamos el recinto. Así descendimos más y más. 

En uno de los primeros recovecos qué fue lo que vi?…huesos. Por suerte de animales…por desgracia…de animales. Y si ahí adentro había predadores??? Para dónde carajo iba a correr, me querés decir!?

De repente nos hace apagar todas las luces. Así apareció, en la cúpula, un cielo estrellado. Pero cómo carajo puede ser esto? Miles de puntos luminosos acaparaban el techo y paredes. Era, realmente, como ver el firmamento. 

Nos explicó, para mi desgracia, que esos eran gusanos…sí sí, gusanos. Que pronto se convertirían en mariposas. (Aaaah! Te sorprendí con la explicación, eh! Alllgo le casé al quía).

Así como quien quiere la cosa, apareció el agua. No te puedo explicar lo fría que estaba. Paso a paso nos íbamos sumergiendo más y más. Las pelotas? Dejalas ahí, en ese momento debían ser 2 pasas de uva.

Pasamos por lugares que yo apenas cabía. Tenía al gordo atrás…todavía no entiendo como pasó porque no lo veía. Pero me imagino que habrá elevado su protuberancia casi cubriendo su cabeza...

En un momento hicimos un trencito con las patas unas arriba de la goma del de adelante, y así navegamos guiados por el gordo. Ah! Cabe aclarar que NADIE tenía las luces de los cascos prendidas. Lo hacíamos en ABSOLUTA oscuridad, sólo se veían las “estrellas”. El flash de la cámara iluminaba el lugar. Uds creen que es joda? Que había tubos fluorescentes? Nah, viejo, eto é naturaleza pura!

Varios minutos pasaban. Nada se veía. De repente te chocabas con una pared que la cubierta amortiguaba. Dejamos el trencito y empezamos a nadar…cuando quise hacer pie…nada de pie. No llegaba al fondo!!!! La goma esa era mi salvavidas!

En una parte, había una caída de agua donde tenías que pasarla de esta manera:

1. Subías una escalerita que te llevaba al borde de la misma. La caída era 90 grados, y no podías escalarla.

2. De espalda al “precipicio” (unos 2mts) te sostenías la cubierta en el traste. Como asentadera.

3. Te dejabas caer.

Así pegabas contra el agua.

- Cerrá la boca, te aconsejaba el gordo. – Está claro que le hice caso.

Seguimos. Otra pendiente. Esta vez, un tobogán. Sí, un tobogán metido en el medio de la caverna.

No hace falta contar mucho más. Fue realmente increíble. Sumergido en las profundidades de la madre tierra, es casi indescriptible la sensación. Pero…claro, lo que me iba a encontrar los 2 días siguientes iba, de nuevo, a dejarme sin palabras. Aunque para eso…van a tener que esperar. Mientras tanto, sigan tocándose con el gordo.