Devonport (Parte III) - No todo es tan lindo

Al mirador al que fui se accedía por un camino que, como indicaba, se debian seguir unos palos con indicadores naranjas. A la vuelta tomé un camino alternativo...o eso pensé. 

Luego de estar 1 hora pedaleando, la noche se me venía encima...y mis pantorrillas pedían auxilio. La oscuridad ganaba terreno a cada paso y yo no encontraba el camino que me llevaría al puerto. Todo esto me hizo acordar a cuando estuvimos en Brasil, andando en canoa con el Morrón y el Gallego y terminé nadando solo, de noche, en medio del lago (porque el Morrón puto me abandonó! snif). Similar situación, pero sin los 2 comilones aquellos. 

Como les decía, el camino estaba perdido (o yo lo estaba?) y volver por donde había venido no era una opción ya que, tomando recovecos acorta-camino, no tenía idea cuál había sido el trazado que había hecho. Hasta que una construcción se me apareció. Roída, solitaria, oscura, digna de esas putas películas que nos hace ver el Morrón (también puto). Obviamente, como buen aventurero, saqué mi cámara. "Estoy en NZ, no hay okupas acá y tampoco es una película" - pensé. Así que empecé a disparar.










Mientras más fotos sacaba, más me invadía la curiosidad, y sin darme cuenta, iba entrando en estos cimientos de lo que alguna vez fue, al parecer, una base militar. Probablemente de la Segunda Guerra.











Mis pasos rebotaban en las paredes y el eco me devolvía un nítido ruido a abandono. De fondo empecé a escuchar, cada vez más inmerso en el lugar, un goteo que se aproximaba lentamente. Más bien, era yo quien se aproximaba al goteo. Pero la adrenalina por tomar registro de dicho recinto me cegaba.

Se desplegaban diferentes pasillos a mis lados, apenas si entraba luz del exterior por alguna parte. Mis pupilas, ya del tamaño de un melón, dolían queriendo agrandarse aún más para poder ver mejor. Con el flash lograba sacar las fotos y ver luego dónde era que estaba de manera más clara.






Pero fue en un relampagueo del flash donde escuché algo.

- Hello? - Sí sí, un grosso, lo sé

Y nada...calculé q había sido yo mismo.....Volví a sentirlo. Eran como pasitos rápidos, que se arrastraban y chillaban en el cemento como cuando se pasa una tiza nueva sobre pizarrón. Ahí fue donde la adrenalina se me fue al último subsuelo y se me activaron todos los sentidos (digamos que mi intestino grueso empezó a trabajar en sobreproducción)

- Hi, there!!! - Decime si no te emociona mi inglé?

Y sonó de nuevo. Al darme vuelta siguiendo ciegamente la dirección del sonido, otro apareció por "detrás". Parecía que ahora no había uno, sino 2!








Mi instinto asesino tuvo una gran idea...rajar! (cuando carajo termina bien el protagonista en las Pipi-películas?!) Empecé a caminar casi trotando por los pasillos a oscuras, intentando recordar por donde había venido. Una mano sosteniendo a mi bebota (la cámara) y la otra estirada, palpando, mientras disparaba fotos para alumbrarme de tanto en tanto. 

Eso era un laberinto que, como de costumbre, no tuve el reparo de registrar cuál había sido la secuencia que había hecho. No podía correr, me iba a estampar contra una pared casi seguro. Estuve dando vueltas por un tiempo que me pareció una eternidad. Y los putos sonidos se intensificaban! Ya no sé cuántos había, pero más de 2 sí o sí! 

Hasta que vi luz... Era la entrada! Ahí estaba mi corcel!! Como venía me monté (hice willy...como el zorro) y salí disparado......Puede q willy no haya hecho...pero imagínenme. Gracias. 

El culo me acompañó y llegué a destino. Sano y salvo............aunque el sereno maorí de este hostel en Whangarei me mira con los ojos perdidos, babea por un costado y sostiene las tijeras de podar de una manera algo amenazante...el monstruo celoso*?! 

(*) NOTA DE AUTOR: Para los q no la vieron. Vean "La Señal". Impecable!