jueves, 24 de septiembre de 2009

48hs - The Short Film

El tan poco esperado corto para el concurso 48hs ya está aquí. El menos aplaudido de la función, el que, para variar, no dejó contentos ni a su productor ni a su director. En su versión reeditada (tratar de no imaginarse lo que era la versión original) llega, para el público de Crónicas: Eye of the Beholder.

Aviso Legal: Ni el Productor ni el Director se hacen responsables de los daños psicológicos o físicos ocasionados por la visualización de este film.



Eye of the Beholder - 48hs NZ from LVC on Vimeo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Grand Slam

Habíamos quedado con Genaro en jugar al tenis el fin de semana. Algo que habíamos dejado de hacer hace algún tiempo por las desfavorables condiciones climáticas. Auckland, como comenté en otros post, tiene un invierno lluvioso y frío. Principalmente lluvioso. Con una molesta lluvia intermitente. El dicho acá dice: “Si no te gusta el clima, esperá 15 minutos”.

Pero la primavera va ganando terreno y los días son cada vez más soleados. Aunque, para variar, el Sábado amaneció lluvioso y templado luego de una semana a pleno brillo y color. Aún así no perdí esperanzas de poder jugar al día siguiente. Y el Domingo, contradiciendo al amargo Sábado, me despertó con un estridente rayo de sol atravesando mi párpado incidiendo directo en mi pupila.

3:10pm tomé la bicicleta, me abroché el casco y salí hacia las canchas. Llegué 10 minutos antes de la hora pactada (4pm): perfecto, podía precalentar y practicar mi demoledor saque.

Las canchas donde jugamos son públicas, aunque parecen privadas. Es una escuela que dispone de 6 canchas: 2 de cemento y 4 de pasto sintético. Solemos jugar en las de pasto sintético, por nuestra afinidad con Wimbledon…o porque las caídas acarrean menos perjuicios.

Deposité mi bici a un costado. En una de las canchas estaban unos orientales, los cuales agarraban la raqueta casi desde la mitad, corrían destartalados jugando con una pelota que, en vez de amarilla flúo, era marrón añejo. Para colmo uno estaba de jeans y el otro con un conjunto deportivo de nailon conformado por pantalones largos y buzo rompevientos con capucha: el ejemplo a la antítesis deportiva…Faltaba que calzara mocasines

Por otra parte había un papá jugando contra su mujer e hija. La nena debería tener unos 6 años y la raqueta era más grande que ella, la mujer deduje que poseía grandes cualidades culinarias ya que la raqueta la agarraba como una asadera, mientras que el papá, el más experimentado, se destacaba sutilmente del nivel de la nena. Yo entiendo la felicidad de compartir, pero el mal gusto deportivo habría que censurarlo, joder!

Ahí fue donde mi vista se depositó en la cancha al lado de la mía. Dos señoritas, ambas con calzas, y testeando la resistencia de las fibras de sus remeras, corrían de un lado al otro con sus respectivas gorritas haciendo juego y anteojos de sol. Rubias, bien proporcionadas, mejores jugadoras que los orientales y la familia, pero, aún así, sin destacadas característias tenísticas…qué carajo importaba eso, no? Mientras siguieran corriendo acompañando el rebote de la pelota con sus bustos y agachándose a agarrar la pelota del fondo, yo contento.

Fue entonces que, cansado de tanto amateurismo, desenfundé mi raqueta Wilson “Federer Classic”, (entre nos, la más barata q encontré…pero dice Federer, loco, eso ya me pone en otro escalón ante el ojo no experimentado). Mi short azul, rojo y blanco, casualmente haciendo juego con mi raqueta (una malla que me trajo mi viejo de Bolivia…seguro de uno $2.5), mi remera de la selección Brasilera, mi gorra negra con la pipa de Nike (que, de nuevo entre nos, la compré en Cabildo a uno de estos vendedores callejeros por 10 mangos, pero nadie tiene porqué saber que no es original, no?). Pelé tubo de Dunlop Grand Slam nuevito nuevito, todavía cerrado herméticamente. Grand Slam, como el que había ganado Del Potro (Juanma, para los entendidos) en la semana, ni más ni menos. Y no de 3 pelotas, sino de 4. Lo mío no es joda, gilún! Así que agarré la chapita y ejecuté el ritual del tubo nuevo escuchando el tan lindo “psssst!”… “Aaaahh” – suspiré…estaba listo.

Es entonces que voy hasta un extremo de la cancha, dejo 3 de las radiantes pelotitas a mi lado y me posiciono para el saque. Hago rebotar la pelota 2 veces, y cuando iba a ejecutar el servicio, veo que una pelotita de la cancha de al lado viene hacia a mí.

- Sorry! – siento que me dicen.

Levanto la pelotita con la raqueta, alzo la vista triunfal y se la devuelvo a la señorita en cuestión con una sonrisa “winner” mediante:

- No problem. – digo a lo Bond…James Bond.

Totalmente superado, vuelvo a mi posición de ataque.

La pelota vuelve a rebotar 2 veces, la tomo y la pongo junto a la raqueta, miro hacia delante imaginando mi objetivo, me detengo por una milésima de segundo con mi mirada fija en ese contrario imaginario, arrojo la pelota al aire, mi extrema concentración capta no se pierde ningún detalle, como si todo sucediera en cámara lenta: La pelota rota en el aire mientras desprende algunas partículas de arena, y, en una línea recta perfecta, se eleva. Mi mano izquierda la acompaña, mi otro brazo se flexiona y deposita la raqueta en mi nuca, mis ojos siguen la trayectoria de la pelota atentamente. Mi mano izquierda, entonces, alcanza su mayor altura mientras mis piernas comienzan a flexionarse y mi cuerpo se arquea hacia atrás. Mi cabeza se balancea, mi mano aprieta firme el mango y el músculo del brazo se tensiona anunciando la partida del mismo. La aceleración del brazo es directamente proporcional a la convicción del guerrero argento. Escucho el siseo del viento atravesando el encordado. El mango empieza a vibrar por la tensión. Me parece ver de reflejo el marco incandescente como cápsula espacial entrando a órbita. - Mi cuerpo, formando un arco per-fec-to, iba a golpear la pelota con la furia de alguien que sabe. Como Juanma ante Federer, sin piedad, con el vigor de aquellos que son una misma cosa entre la raqueta, la pelota, la cancha y el guerrero. - Mi mandíbula aprieta los dientes, mis seño se frunce y me precipito violentamente hacia adelante…

Alcé mi cabeza con mi cuerpo aún doblado para ver en qué posición letal del cuadrilátero contrario había depositado la bola….no la ví….aunque, calculando la relación potencia/masa concluí que la misma habría tomado una velocidad “tremenda” (hablando en términos científicos). Agudicé mi mirada esperando encontrarla y…nada. Fue ahí cuando una sombra agrandándose me llama la atención en el suelo y miro hacia abajo. No va que la pelotita muy hija de puta me golpea en la sabiola! Me contraje de hombros del susto que me pegué y sentí unas risitas. Miré de refilón a la cancha de al lado y las señoritas se tapaban la boca con la mano. Me paré sacando pecho como el Diego, sin decir nada, y chequeé mi raqueta por posibles desperfectos en el encordado con la esperanza de hallar algún agujero (cosa que no pasó). Entonces lo veo venir a Genaro:

- E, amigao, como fica vocé? – le dije enérgicamente.

Genaro levantó una ceja sorprendido. Y sí…si iba a pasar papelones, que creyeran que era Brasuca, no sea cosa de arruinar la gloria Argenta conseguida por el Juanma, no?

sábado, 5 de septiembre de 2009

The Lighthouse - Parte II


El arribo a Wellington fue practicamente normal, a no ser por nuestra llegada al hostel. 2 días antes de salir de viaje tuvimos que hacer malavares para conseguir hospedaje dado que, por motivo del carnaval, toda la hotelería estaba completa. El hostel que habíamos conseguido fue la última opción. La descripción de la habitación no era del todo prometedora: 11 camas parecía un asinadero mas que un lugar para descansar. Las críticas en los sitios de Hostels agregaban estrellitas para evaluarlo...pero del lado negativo.

Cuestión que al introducirnos en la ciudad todas las calles principales estaban cortadas y tuvimos que desviarnos para un lado y para el otro...O sea: no sabíamos dónde carajo estábamos.

- Che, cuál es la dirección del hostel? - pregunto como si nada.
- No sé - me dice Nina y ambos volteamos a Ge quien alzó las cejas sorprendido.

Así estábamos, dando vueltas con el auto, pasando por los mismos lugares una y otra vez, ni lugar para estacionar había de la cantidad de gente. Fue entonces que, gracias a mi precaución de anotar el nombre del hostel y al celular con conexión a internet, lo googleé y así pude entrar a la página para rescatar el tel y la dirección. Son esos momentos en los que quiero más a la tecnología. Canchereando por mi logro, les digo:

- Bien, y ahora para dónde?

La respuesta fue obvia...ninguno sabía cómo llegar.

- Ge, el mapa de Wellington?
- Nao tengo el mapa da ciudade. Eu tengo sólo ela rúa.

Somos un desastre. 3 personas viajando 800Km y salimos como si fuéramos a tomar mate a la esquina.

- Bue, tenemos el teléfono, llamemos.

Marco. Y una voz seductora me dice:

- Su saldo es insuficiente para realizar la llamada.

- Otro celular? - pregunto.
- Sí, el mío fijate que debe estar en la cartera - me dice Nina. (Hacía falta aclarar? Si Ge usara cartera estamos complicados con lo q viene...)

Lo agarro...

- Nina, gracias por el gesto, pero si me dieras un celular con batería sería mejor.

Ahí Ge, como He-Man sacando la espada, peló celular y logramos comunicarnos con nuestro destino.

El hostel estaba mejor de lo que esperaba. Si bien para ir al baño tenías que recorrer 2Km y medio, cosa que si estabas de

apuro, no llegabas, el resto estaba, dentro de todo, bien.

Nos produjimos: maquillaje, perfume, talquito en las bolitas y salimos a romper la noche cual Johny Tolengo.

- Qué pasó con Julio que no vino? - preguntó Nina.
- Dijo que como Mika está de vacaciones en Japón y le dejó plata (ya que ella lleva las finanzas en la casa), no se quería gastar toda la que tenía y ahorrar un poco para que no lo cagara a pedos cuando la jefa vuelva.
- Ah, está bien.

Aunque, mientras los 3 estábamos en Welly, Julio tendría un encuentro inesperado del 3er tipo recorriendo las calles hacia su trabajo.

Nos encontramos con Isa, una compañera de facultad de Nina, también Austríaca. Ellas 2 (Nina e Isa) vinieron hacer lo que se llama 'internship', son prácticas o pasantías, usualmente no rentadas o con un sueldo simbólico. Las utilizan muchos estudiantes como casos prácticos de estudios para sus universidades, las cuales suelen tener convenio con ONGs, empresas, u otras universidades alrededor del mundo. Los flacos se vienen 3,4,6 meses, 1 año a estudiar o a laburar en algo relacionado y eso es considerado por la universidad local como 1 o más materias aprobadas.

Yo tenía un flaco Dinamarqués en donde vivo (Morten, del cual hablaré en otros post seguramente), él se vino a hacer 1 semestre a la universidad de Auckland. Lo interesante es q el pibe vive del estudio. No, no trabaja. Más q trabajos de changas de muy poca carga horaria, basicamente consigue becas y subsidios, lo que le permite vivir muy bien, esto incluye: viajar y hacer un semestre pago en Auckland Uni (como les dije, porque AUK Uni no es q sea gratarola), tener una Laptop Mac Pro, cambiar su cámara reflex de fotos digital (que era mejor que la mía y encima tenía un juego de lentes orgásmicos), por otra mejor, llegar acá y comprarse una camioneta (una 4x4), viajar por NZ, salir, etc etc. Repito: es SOLAMENTE estudiante.

Dinamarca es un caso muy interesante del que seguro hablaré más adelante.

Junto a Isa se encontraba Margie, una kiwi amiga de ella. La verdad que la flaca muy macanuda y nos invitó a quedarnos en su casa con su familia el día siguiente. No lo dudamos, a pesar de perder la plata del hostel.

El carnaval no fue nada especial. Sinceramente no soy muy adepto a este tipo de cosas, y tampoco hizo el ruído necesario como para llamarme la atención. Terminamos en una carpa donde pasaban Funk brasilero (para q tengan una idea, es como una lambada electrónica trans). Bailando bailando se cerró la noche con unas apetitosas hamburguesas a las 4am.


La previa
Del frente hacia atrás: Izq: Margie, Isa / Der: Nina, Eu, Gegé

El carnaval

La gente buscando cualquier cosa que le de una buena posición para ver

...Y Ge que no se quedó atrás...


El Funk Brasilero



Al día siguiente juntamos nuestros bártulos y nos fuimos para la casa de Margie. Según sus indicaciones su casa estaba en las afueras de la ciudad, a unos 20Km.... Como no podía ser de otra manera, nos perdimos. Lo bueno de perderse por estas latitudes es que todo camino parece llevar a un paisaje más lindo que el otro.

Al fin llegamos a destino. Nos esperaba un perro muy torpe y simpático, una cama matrimonial para Ge y para mí en una casa muy acojedora.

La hospitalidad de la familia fue realmente impecable, nos malcriaron en todo sentido, dándonos, principalmente, en nuestra fibra sensible: la comida.

Tenían un gato de desmedidas proporciones. No era grande, sino ENOORRRME. Nina, copada con el bicho, lo tenía a upa. Una imagen bastante simpática teniendo en cuenta su metro 58. Yo no sé cómo hacía para respirar con semejante animal encima.

The Cat y la madre de Margie
(Gallego sacate de la cabeza eso de q son parecidas...q tipo hdp!)

The Dog

Torpe sí, boludo no...bien fija tiene la mirada este can...

Durante la cena nos colgamos charlando de la vida y sobre lugares a los cuales podríamos ir. El viejo nos comentaba amablemente diferentes puntos, hasta que le preguntamos por algún recorrido no tan común. Ahí fue que su cara se transformó en seco, como si hubiéramos dicho algo imprudente. Sus gestos se volvieron rígidos, se acomodó hacia atrás en la silla, juntó sus manos y bajó la cabeza pensativo:

- Hay un lugar... - dice fríamente. Hace una pausa, levanta la cabeza y nos mira uno a uno en silencio - no figura en ningún mapa turístico......Está alejado, como a unos 15Km por un pequeño camino sin indicación al otro lado de la colina. Luego hay que seguir a pie un par de horas. Es un pasaje donde la naturaleza permanece virgen, sólo se llega por referencias. Yo estuve una vez, hace mucho tiempo. Fue un día en mi juventud - toma la copa de vino y bebe un sorbo. El pulso le tiembla un poco, como esforzándose en recordar cada detalle de un evento incómodo. Deja la copa, respira profundo y continúa - solía ir a cazar jabalíes con mis amigos, era una tarde como cualquier otra, hasta que la tormenta nos encontró de improviso y yo perdí el rastro de mis compañeros. Quedé en medio del bosque. Parecía que el cielo desplegaba su furia con todas sus fuerzas! - se adelanta y apunta con el índice - Jamás! JAMAS! deben subestimar a la naturaleza, entienden? - los 3 asentimos con la cabeza sincronizadamente sin pesatañar - Mojado, con frío, veo una luz a lo lejos y empiezo a caminar hacia ella. La tormenta no cesaba, al contrario, parecía intensificarse cada vez más. Las gotas se clavaban en mi cara como agujas. Deambulaba casi a ciegas. Los nubarrones negros como la nada misma cubrían el cielo sin dejar rastros de claridad. Caminé y caminé y caminé...sólo veía el destello de esa luz refractada en el denso manto de agua. Un camino se abrió a mi paso, pequeño, muy estrecho, en la ladera de una gran loma. Ascendía por el mismo temiendo resvalar y caer al precipicio cada vez más alto...y más alto.... Para ese entonces ya no tenía alternativas, era demasiado tarde para volver...la luz no se veía, pero sabía que esa era la dirección a seguir, no me pregunten porqué. - vuelve a tomar vino - Entonces, cuando mis piernas flaqueaban y el viento parecía una pared, se alzó magnánima aquella construcción, estaba en presencia del centinela de los mares: Un faro [The lighthouse]


Todos escuchábamos perpléjos la historia. Nina ya no tenía el gato encima suyo, pero seguía haciendo los movimientos como si lo estuviera acariciando. Gegé tenía el tenedor levantado con un pedazo de papa hacía media hora y yo, de tanto tener la boca abierta, había dejado un charco de baba en el piso.

Margie entra al living.

- De que hablan?
- Les estoy contando del faro del fin del mundo - dice el padre.

Ahí nomás levanto la mano enérgico como si estuviera en medio de una clase.

- Sorry, papi, pero ese lo tenemo nosotro en Argentina - golpeo mi pecho 2 veces con el puño cerrado - No verduguié, fiera, eh! - lo señalo - Ponele otro nombre al tuyo que se pudre todo, se pudre........Qué?!

Los 4 me miraban atónitos...

El padre agita la mano en el aire - Bueno, no importa... - y vuelve a su postura inclinándose hacia adelante mirándonos serios - Les comentaba del faro perdido.

- Aaaahhhh! - interviene Margie - Sí, miren, acá tengo un souvenir del lugar con la foto...ven? Piola, no? - Los 3 miembros de la familia con sus cabezas en uno de esos carteles que te reemplazan los cuerpos por dibujos...eran sirenas. Y el padre tenía la cabeza en la más tetona...

Los 3 nos miramos sin entender nada y el viejo se levantó rapidamente con la excusa de ir al baño sin dar tiempo a preguntar nada más.

Al día siguiente Isa, Nina, Ge y yo tomamos la carretera y a unos 25 minutos de la casa encontramos el camino. Era cierto, no podíamos acceder con el auto, pero hasta ahí llegamos sin ningún inconveniente.

Empezamos a caminar. Y caminamos...y....seguimos caminando. No éramos más que nosotros en ese camino que bordeaba la costa de un lado y del otro una loma.

Windy Welly hacía honor a su nombre y soplaba el viento a sus anchas. Yo, aún así, tomé fotos de toda pelotudez que encontraba en el camino.






Pasó la hora y ni noticias del faro. Pero seguíamos marchando.



Seguíamos en camino...



Seguimos el camino ascendente que nos llevaba hacia el faro. Este no tendría el cuadro para sacarse la foto de sirenas, ni sería el último lugar en el mundo, pero valió la pena.

(Click para agrandar)






No va que me doy vuelta y encuentro este lago en el medio...



El viento en la cima era tremendo! Realmente tenía miedo que me arrastrara al borde y me tirara...un poco pelotudo de mi parte, si no la movía a Nina, cómo carajo iba a hacer con los 90Kg de masa muscular bien distribuída de mi atlético cuerpo birrero?



Bien...disfrutamos del faro, pero ahora teníamos una pequeña complicación: la vuelta. No sólo porque habíamos caminado horas para llegar ahí, sino que el viento soplaba en contra. El sol se empezaba a poner y era probable que la noche nos cayera en medio del camino.

- No queda otra, apretemos paso. - dice Isa.

Así, a paso redoblante, empezamos a trazar nuestra vuelta.

150 centímetros caminados con viento en contra llevó a que alzara mi voz:

- No podemos descansar un momento? - digo agitado.
- Amigao, todavía nos quedan varios kilómetros, nao podemos parar.
- No te copás y me llevás a upa, no? Yo prometo que si lo hacés digo que Pelé es mejor que el Diego de ahora en más.
- A mi me gusta Maradona.
- Que te parió!

Así que tuve que levantarme y enfrentar al turbulento viento sin remedio.
Fuese la casualidad, la suerte, o el Diego que movió un par de fichas para cagarlo a Pelé, que aparece una camioneta de la nada.
Ninguno dudó en extender la mano con el pulgar levantado. La camioneta paró.

Un vaqueano de unos ....eh....todos-los-años, con su perro (casi de su misma edad), nos recogió y nos alcanzó hasta la entrada, donde nos aguardaba nuestro tutú.


A la vuelta nos esperaba una BBQ (barbaquiú), porque no le puedo decir asado a la carne a la parrilla cocinada a gas y sin los tradicionales cortes - que me perdone la liga de traductores públicos.

Aparte de las carnes, había ensaladas de todo tipo, y etc etc etc...un festín.





Cucharita mediate con Gegé en la cama matrimonial, nos dormimos placidamente en nuestro último día en Windy Welly.

A la vuelta tomamos un camino alternativo que nos indicó el viejo de Margie y nos encontramos con este paisaje:





Caminando el lunes siguiente por Queen Street veo pasar un concentrado ciclista con cara conocida.

- Julio! - este para y viene a mi encuentro.
- Qué hacés, pariente!? Cómo les fue en Wellingon?
- Impecable, nos cagamos de la risa...pero, decime, y esta bici?
- Te gusta?! Me la compré este fin de semana. Estaba camino al trabajo y la vi en la vidriera. Me tenté. Está buena, no? - me dice orgulloso.
- Qué bueno, che! Te felicito!....me imagino lo contenta que se puso Mika cuando le contaste. - su novia seguía en Japón.
- Eh....bueno...no.....ella no sabe nada.
- Cómo que no?
- Y no...me gasté casi toda la plata que me dejó, así que cuando venga se llevará la sorpresa...
- jejeje seguro que se la va a llevar...cualquier cosa, ya sabés, se te arma la rosca y te traés la bolsa de dormir a casa...jeje
- Gracias, pariente, lo voy a tener en cuenta.