viernes, 12 de febrero de 2010

Algo debe andar mal

Cómo puede ser que hoy en día, siendo capaces de hacer transplantes de órganos; capacer de desafiar la voluntad de la naturaleza y hacer posible que un bebé sietemesino sobreviva; que mandamos cohetes a la luna; nos comunicamos a miles de kilómetros de distancia por video; y taaaantas cosas más. Qué es lo que pasa que todavía no le encontramos la vuelta al sistema económico?

Cómo puede ser que TODO signifique un gasto? Un hijo es un gasto, comer es un gasto, divertirse es un gasto, parece que hasta tirarse un pedo dentro de poco va a ser un gasto. Todo se valúa en costos. La calidad de vida se mide en costos!...absurdo: tengo millones pero soy vivo borracho e infeliz, ESO ES CALIDAD DE VIDA! Hasta Cuba, un país Comunista, está en crisis y sale, a no menos, que a recortar gastos! (http://www.clarin.com/diario/2010/02/04/elmundo/i-02133071.htm) Lo más irónico es que los gastos que siempre se recortan como primer medida, son en nada más ni nada menos que en la educación.

Parece que nos hemos enredado en el cable del sistema que inventamos, a tal punto, que estamos como asfixiados, atrapados sin poder desenredar esta tremenda maraña. Analizamos miles, cientos de variables económicas; que el índice de la bolsa; que el riesgo país; que la tasa de inflación; que el presupuesto nacional…nada alcanza. Se implementan salvavidas, acciones desesperadas que no son más que parches que nada resuelven de raíz. El primer mundo entra en crisis y los del 3er mundo...bue, ya acostumbrados a esto, no hacemos otra cosa que tratar de agarrarnos de lo primero que tenemos a mano esperando el inminente choque.

Yo me pregunto: Acaso somos tan ciegos, acaso somos tan necios, acaso somos tan pelotudos de no darnos cuenta que esto no funciona? Que vivimos cada día más presos de algo que no existe naturalmente como es el dinero? Tanto cuesta entender que el mundo se nos brindó en recursos abiertamente sin precio alguno para nosotros. Cuando el ser humano pisó este planeta (por plantearlo de alguna manera) al recojer la fruta del árbol este no le dijo: “Andá por allá que el arbusto te cobra”, o el jefe de la manada le preguntó, con un anotador en la mano: “cuántos venados me cazaste, papi? A $14 el Kilo, serían…”. El río no se quejó por beber de sus aguas, ni la tierra de que plantáramos semillas en ella.

El planeta entero se nos presentó para que nos nutramos de él, por supuesto, conviviendo con él. No sólo somos taaaaaaaan inteligentes que teniendo una bastedad de recursos miles de personas mueren por día de hambre, sino que, encima, estamos matando nuestra fuente de vida. Como comernos a nuestra madre mientras nos amamanta. Pero mirá si seremos piolas!

Tanto cuesta entender que trabajar en comunidad es la única solución? Porque como seres humanos que somos necesitamos trabajar en conjunto para sobrevivir de la mejor manera. O acaso cuando vemos a un discapacitado no nos damos cuenta de que sobrevive gracias a que una organización social lo contiene? O se creen que un minusválido librado a su suerte sería capaz de alimentarse por si mismo? Que si hoy leemos, escribimos y pensamos, es gracias a que generaciones anteriores fueron transmitiendo y desarrollando el conocimiento. "Nadie nace sabiendo" dice el dicho. Prestemos atención a que una vida sin una organización coherente a nivel social nos trae problemas de todo tipo.

Veo como las sociedades se pierden en un consumismo desenfrenado, donde las ideas se dejan de lado para que el tópico de conversación sea el nuevo producto que está en vidrieras o las boludeces de la farándula (Ricky Fort me hinchó las pelotas!). Millones y millones se gasta en marketing, y los grandes eventos constan de la presentación del nuevo iPhone, la nueva moda o los puteríos del fúltbol.

Voy a repetir 1, 2, 1000 veces lo mismo: El mínimo esfuerzo de cada uno hace una gran diferencia para todos. Vivimos en un sistema agitado, donde no paramos casi ni un segundo y cuando lo hacemos queremos descanzar, pero, un rato en la semana, informarse, ponerse a pensar qué se puede hacer, desde lo más mínimo, para contribuir en la creación de una sociedad más justa, no es algo menor. No se trata de convertirse en intelectuales acartonados que no dejen espacio a la diversión absurda (me encanta jugar, ver dibujos animados y hablar boludeces, a quién no?), pero también, en el medio, hay muchas cosas q se pueden hacer. Si no se te ocurre nada, preguntá, debatí con los demás, juntá cabezas que algo en en limpio se saca. No seamos ansiosos, pero seamos constantes, creo que ahí está el secreto.

Y ahora los dejo q empieza Gran Hermano Australia....la casa está que arrrrdeee!


lunes, 1 de febrero de 2010

Retorno a NZ: Un vistazo a la Argentina

Uno de los sabores de boca que me dejó Argentina es algo que ya sabía, pero la perspectiva a la distancia a veces confirma lo que uno cree: El descreimiento. Una lamentable sensación que degenera todo, atenúa la esperanza y anula la productividad. Pero llamo productividad desde un sentido más amplio que el económico, llamo productividad a todo lo que el hombre produce, así de literal. El ser productivo genera movimiento, actividad, crecimiento, porque uno, de nuevo, está activo. El descreer desmotiva, por ende, repercute directamente sobre todo lo que podamos hacer. Nos aliena en una forma pasiva de vivir casi de autómatas, donde desde el trabajo cotidiano que nos da simplemente el sustento económico, volvemos a nuestras casas convertidas en bunkers anti-todo-lo-que-afuera-se-encuentre. Nos sentamos a criticar lo que no nos gusta desde esa posición cómoda de aislamiento y terminamos pasivamente absorviendo material producido por otro, sea cual fuere, desde películas o series bobas, hasta dramas y maquiavélicas conspiraciones que fomentan nuestro pesimismo. Entonces, cuando pasa algo malo, enseguida salta el "Ves? Yo te lo dije", con la mejor cara triunfante de quien no hizo nada más que esperar la catástrofe.

Esto es una descripción, no un ataque a nadie, quede claro. El salir al mundo a enfrentar el día a día teniendo esperanzas de que las cosas cambien, es muy distinto que salir con los puños en alto a pegarle al primero que se nos cruce o percibir todo como un ataque personal y ponernos un traje de aislamiento atómico que nos permita, sólo a través de sus guantes, relacionarnos con el mundo exterior. Porque el hacer implica equivocarse, y hay que tener entereza para lidiar con nuestros errores y seguir adelante día a día.

Entender que la mayoría pelea en esta selva por vivir mejor, con los recursos que tiene, con errores y aciertos, cada uno con sos formas (a veces tan diferentes a las nuestras), es empezar a tolerar y, por ende, a abrir nuestro espacio para compartir. En ese compartir es donde creo que podemos cambiar nuestra realidad y hacerla un poco mejor. No, erradicar la corrupción de un día para el otro no lo vamos a poder hacer; que grandes corporaciones sigan explotando descaradamente a millones de personas y al medio ambiente, tampoco; que el hambre en el mundo mañana va a ser más grande, así será. Pero un día, de a poco, quizá décadas y décadas desde hoy, el hambre va a tocar un pico máximo y van a empezar a atenuarse lentamente; menos hombres, mujeres y chicos van a ser explotados y la corrupción irá gradualmente decreciendo. Erradicarlas por completo? Nada es perfecto, por eso somos seres humanos. Pero al menos podemos hacer las cosas mejores, aprender cada día y sí, equivocarnos cada día también, qué hay de malo en eso? Siempre van a haber chorros, garcas, violentos, degenerados...pero el tema es ver en qué proporción los hay socialmente, ahí está la diferencia. Todos colaboramos directa o indirectamente para que los que nos aqueje suceda.

Voy a citar 2 simples episodios como ejemplo de lo que criticamos como Argentinos pero parece que pretendemos que nuestra casa la cuide otro.

1. Estábamos en la despedida de fin de año en una pileta. Grupo de 10-15 flacos, incluyéndome. No va que uno no pasa la revisación médica por tener hongos. A esto, de inmediato, lo primero q surgió es ir a hablar con el dueño para ver si lo hacíamos pasar igual - "total son sólo unos honguitos" -, o, peor, y para que vean cómo uno se mimetiza con el contexto, yo mismo, sí yo, le dije a otro que no iba a entrar a la pileta que se haga la revisación igual para darle el carnet al q no tenía y así hacerlo entrar. Cosa que luego me arrepentí y entendí como una pelotudez. Cuántas veces nos quejamos de que otras piletas son sucias o se llenan de "negros" que no cuidan nada, y ahora, un lugar que tiene en cuenta la higiene, lo tratamos de pasar por alto porque "yo no soy negro", "una cosa es el otro, pero a mí no".

2. Veo constantemente como el manejar un auto, se convierte en un acto de individualismo, y para esto no cito más que el común ejemplo de pararse sobre la senda peatonal en el semáforo. Inclusive dejando el auto en movimiento, como queriendo ganar terreno en la largada. Nos pusimos a pensar cuánto se gana realmente? O, más bien, cuánto se pierde? Pararse en la senda peatonal y dejar el auto en movimiento implican, a lo sumo, 1, 1.5m de distancia. Quizá 1 segundo menos acorde con la velocidad promedio del auto. Pero, lo peor, es q estamos generando una situación de conflicto, porque el peatón se encuentra con la incomodidad de que su espacio fue invadido y tiene que circular por lugares que no son propicios, por ende, elevando su mal humor, algo que puede directamente repercutir en nosotros, ya que cualquiera puede sino putearnos y generar, de nuevo, el argentinismo de enojarnos nosotros aún siendo infractores.

Esa cosa que tenemos los Argentinos que no nos gusta que nos marquen nuestros errores. Siempre es el otro el q se equivoca, el pelotudo.

Son detalles muy sutiles, a veces, pero que armonizan la relación entre pares. vivimos en un cúmulo de quilombos, ir sacando un par de la bolsa no viene mal, no? Esto alimenta una sociedad con menos conflictos de convivencia que va a incidir directamente en nuestra calidad de vida, lo creas o no. Seamos parte de la sociedad que queremos y no nos olvidemos que la construímos entre todos.