domingo, 12 de julio de 2009

Re-entendiendo el Espacio Público

Una de las cosas que me llamaron la atención en NZ, especialmente transitando por Queen Street, la avenida principal de la ciudad - la podríamos comparar con una Santa Fe o Corrientes - es que mucha gente camina descalza. Sí, descalza. Gente como vos y yo, nada de indigentes. Se te ocurriría hacer lo mismo en las mencionadas avenidas porteñas? No, no?

Las calles, los parques, etc, se presentan prolijos y cuidados. Si bien el gobierno hace una buena inversión en mantenimiento del espacio público, yo no veo que estén los barrenderos corriendo al lado tuyo por si se te cae un papel cual Ballboy en un partido de tenis. En definitiva, el cuidado de dichas calles, parques, etc, empieza por la gente.

La gente sos vos, yo, tu hermano, vecino, viejo, primo, hijo, tu compañero de laburo, etc, etc, etc.


Nos preguntamos alguna vez de quién es el espacio público?

Quizá podemos llegar a respuestas como: "Del Estado"; "Qué sé yo", "De todos", "De nadie". Pero en el cotidiano Argentino (y no sólo ocurre en Argentina), parece más el espacio de nadie. Hay como una tendencia a no cuidarlo, a desentendernos del mismo. La calle?...la calle es para la basura, los papeles, alguien la limpiará...qué me importa. Si voy en el auto y tiro la mugre por la ventanilla está bien, mi auto lo tengo que mantener con ese olorcito a silicona y perfume de baño.

Pero porqué no entenderlo como lo que realmente es: de TODOS. Tuyo, mío, del vecino...NUESTRO. Es un espacio común. Espacios por los que transitamos una y otra vez, para ir al trabajo, por ejemplo. Ese espacio abarca también los medios de transporte.

El concepto de propiedad privada parece habernos aislado gradualmente de la relación con el prójimo y el medio. Me gustaría verte la cara si voy a tu casa, abro un paquete de cigarrillos y te tiro los papeles en el suelo del living. No te caería muy bien, no? Alguna llamada de atención recibiría. Pero porqué pasamos por alto cuando alguien lo hace en un tren, en la calle, en una plaza, etc.

El país entero es nuestra casa, junto con cada rincón que lo comprende. Empezando a pensar de esta manera, nos va a llevar a cuidar más nuestra tierra en todo sentido. A tener un lugar del cual estar orgullosos en vez de hacernos los distraídos ante la suciedad que nosotros mismos generamos (o dejamos generar) para luego quejarnos puertas para adentro por el gobierno que no limpia o los "negros" que ensucian. Nosotros somos el primer gobierno, nosotros somos los que hacemos el país que queremos día a día. Las cosas se empiezan desde abajo, desde el cotidiano, desde la mínima acción. La sumatoria de ellas hacen un todo, pero empiezan en uno.

El espacio público es NUESTRO y tenemos que cuidarlo entre TODOS.

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