viernes, 12 de junio de 2009

Como otro de esos tantos días...


Amaneció como otros tantos días…días en los cuales uno debería hacer caso omiso al despertador y quedarse guardado en la cama por su propio bien.

Pero no, el deber llama y tenemos que acudir a su llamado, qué importa que el instinto de “mal día” esté en DEFCON 1?

Oscura, lloviendo, ventosa, fría, así se presentaba la mañana, como para que no falte nada. Subo al primero de los bondis que me tomo para ir al laburo…hasta acá, a pesar del clima, todo normal.

Ya el segundo cayó retrasado…

Esperaba no encontrarme con un compañero de trabajo.

- Aaah… pero q choto q sos! – pensarás.

No no, es un flaco Chino…

- Racista, encima!

No, dejame q te explique. No tiene nada que ver con la nacionalidad, pero, si bien es macanudo, muuucho diálogo, entre el acento y la mera cordialidad, no se genera. Lo cómico del caso surgió la primera vez que nos encontramos en la parada, ida al laburo. Charlando un par de esas boludeces, subimos al micro. Yo iba primero. Saco boleto y me siento en un lugar de a 4, vacío (estos no son los bondis de Arg., acá en hora pico te sentás…creeme, aunque te parezca una locura) En fin…te decía que me senté en un asiento de 4, cosa que el flaco se pudiera sentar y más cómodo para los 2, pensé.

Nop, el chabón siguió de largo hasta el fondo. Fue raro…pero no me preocupó en verdad, al contrario, pensé: “Joya! Puedo hacer la mía.”

La segunda vez q me lo encontré fue de vuelta a casa. Él subió primero, entonces, por una cuestión de naturaleza de sociabilidad, lo seguí luego de retirar mi boleto. Pero, de nuevo, el flaco se sentó en un lugar donde, el asiento de atrás estaba lleno de mugre y tampoco me pude sentar cerca…está claro q, otra vez, me reconfortó la situación de no tener que padecer una charla forzada en el viaje de vuelta, no? Lo extraño (para mí), es que al bajar del bondi la charla sigue como si nada… :-S

Ideé una estrategia antisocial que no deja secuelas de culpa en la conciencia: si me lo encuentro, me subo yo primero, me siento y lo veo pasar… :-D


Volamos al retraso del bondi: Retraso = Salir más tarde del laburo…eso ya no me gustaba.

Pero bue, otra no tenía, así que me subo, saco mi habitual boleto, y me voy a sentar cuando la mujer que estaba caminando delante mío se da vuelta desesperada para agarrar ese par de asientos…”Una pelotuda importante”, pensaba, entendiendo que no era el único par disponible. Pero bue, boludos hay en todos lados. Sigo hacia atrás. Me siento y saco mi Harry Potter…en inglés, ojo al piojo! Si soy lento leyendo en castellano, imaginate en inglés! El libro lo tengo hace como 3 meses…me falta más de la mitad…quiero terminarlo antes de que se estrene la película, como hago con todos los de la saga…pero mis esperanzas se están esfumando…

Leyendo apaciblemente, mis pelos empezaron a molestarme, así que me saqué la boina y la puse encima de mi mochila, en el asiento contiguo. Sigo entretenido con las aventuras de Harry, Ron y Hermione, que, entre nos, la pendeja de la película ta cada vez más buena…pero este es un comentario desubicado digno del Gallego mientras fuera una oveja descarriada antes de que Flor lo pusiera en vereda…

Seguía, entonces, leyendo. En eso el bondi para y me doy cuenta que es mi parada. No va que se me cae el marcador del libro al suelo, debajo del asiento de adelante. Apurado, lo arrastro con mi pierna, lo agarro, tomo la mochila, y salgo a los ponchazos del micro antes de que arrancara.

- UF!... – me decía con mi mochila en una mano, el libro en el otro y mis pelos al viento.

Mis pelos al viento?...que extraña sensación era esa...muevo mi cabeza lentamente hacia un lado….hacia el otro…ya me parecía a las publicidades de shampoo…

- LA BOINA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Busco desesperado en mi mochila, no estaba! Levanto mi cabeza, el bondi en el semáforo.

CORRO!!!

- HEEYYY!!!!!!! – Con la mano del libro levantada

El bondi arranca! Corro más fuerte! (ponele unos 0.00001Km más rápido, no me pidas milagros). Despatarrado, gritando, con la mochila, los pelos volando, y el libro en la otra mano, iba desesperado por las calles de Takapuna dándole una nota de color a la gente que me miraba pasar en ese día gris.

2 cuadras bajo la lluvia, flameando mis manos, y el bondi que se fue. Lo vi alejarse sin más remedio que permanecer bajo la lluvia y comenzar mi día de trabajo.

No podía estar más caliente, triste, sentir tanta impotencia, todo junto. Era mi boina! 9 años conmigo! No podía irse así. “Qué mierda hago?!”, pensaba.

Esbozando todas las puteadas en castellano que tenía en mi repertorio, decidí ir al laburo, dejar mis cosas y volver a la parada. Esperaría el bondi hasta q diera la vuelta en su recorrido.

En 15 minutos arribaría uno con el mismo número del que tomé. Sabía que ese no iba a ser el micro, pero no me importaba. (NOTA: Acá hay carteles electrónicos que te dicen el tiempo en que el bondi llega)

Me pongo la alarma y 10 minutos más tarde salgo disparado de mi escritorio a la parada nuevamente. Espero, llega el micro…nop, no era. El chofer me dijo que tardaría como hora y media en dar la vuelta el correspondiente. “Puta madre!”

El siguiente estaba anunciado para dentro de 30 minutos. Así volví a la hora estipulada. Pero este era menos que menos. Ni el tapizado coincidía… Ni me subí a preguntar. En eso voy a otro bondi de la misma empresa y le comento al chofer mi situación desesperada:

- A hat? [sombrero] – me mira tratando de poner cara de interesado ante mi cara de preocupado.

- Yes...No hay manera de comunicarse con los otros bondis?

- Sí, esperá.

Y no va que pela un radio. Se comunica con la central donde lo atiende una mina, como los radio taxis…

- Sí, que tal, tengo aquí un caballero [gentleman] que perdió su sombrero en el bus 879 de 7:50 procedente de Auckland hacia Takapuna. Cambio [biribip!]

- Ok, dejeme chequear. Cambio [biribip!] – dice del otro lado la mina.

- Ella es buena en esto, si no lo encuentra ella, no lo encuentra nadie. – me dice.

Se escucha por la radio la voz de la mina.

- 8 7 9, 8 7 9… ha encontrado un objeto extraviado en su bus?


[Fffffff FFFfffffff FFff!]

[FFFfffff FFfffFFFffff FFfffff!!!]

Miraba a la radio como el Chavo a la torta de jamón.

[biribip!]

La voz de un hombre empieza a sonar.

- Sí, acá tengo en mi mano una gorra negra.

- Gracias. – dice la mina.

Mi cara se transformó.

- Thank u, man!! – le decía sonriendo al conductor. – Thank u!!

Así fue que 2 horas más tarde me tomé un bondi hacia la Terminal cerca de mi laburo, y cuando la señora de “Objetos perdidos” me devuelve la gorra, tenía una sonrisa que se tocaban las comisuras del labio en la punta de mi cabeza.

La boina negra, gastada y rota en su interior, se depositó en mi cabeza de nuevo, apresando a esos descarriados pelos. Juntos nos fuimos caminando bajo un arcoiris, pajaritos cantando, ardillas jugando entre mis pies y el Yeti tocando el bandoneón, hacia la parada que me depositaría de nuevo en el trabajo.

lunes, 8 de junio de 2009

Los palitos chinos

Comer con palitos siempre fue una aventura, principalmente para que los pedazos de comida siguieran la trayectoria estipulada hacia mi boca y no vinieran a parar a mi buzo, pantalón, remera, suelo o escapara de mis garras para refugiarse en el, de nuevo, buzo, pantalón, remera, de la persona a mi lado.

Veía a estos chinos que le daban al arroz sin pestañar, charlando de la vida, zamarreando los palillos de acá para allá, y hasta con la habilidad de sacarse los pelos de la nariz. Un arte, definitivamente.

La excusa de "vinieron fallados" ya no me la creía nadie, y los calambres ocasionados por las extrañas contorsiones de mis dedos enredados en dichas varas orientales no sólo eran delatados por mis manos, sino por mi cara de sufrimiento en distintas tonalidades del rojo/bordó.

Pero todo tiene su fin, esos putos palitos no me iban a ganar! Así fue que en la casa de Ryoma, amigo ponja de Julio, vi la oportunidad de aprender de los que saben.

- Disculpen...tengo un problemita con los palitos estos.

La mirada de Ryoma, Mika lo decían todo. Sin pronunciar palabra, trataban de entender porqué los palitos lograban semejante forma, cosa que bastó para recibir inmediata ayuda.

Julio? No, ese traidor le estaba dando sin parar a la comida que había preparado Ryoma. Me podía estar atragantando que el flaco no despegaba la cabeza del plato comiendo como refugiado somalí.

Entonces Mika, muy pacientemente, como el profesor Jirafales a Quico, me explicó como tomar los palillos correctamente.

Los japoneses tienen una manera muy cordial de hacer que entiendas:

- Si no te sale, vas a tener que practicar el Harakiri. - me dijo Mika con su voz suave.

Silencio mediante y líquido caliente corriendo entre mis piernas, no me quedó otra que practicar hasta que me saliera.

Pero era más fácil de lo q pensaba, bien explicada la cosa y con la presión necesaria en el tubo de salida posterior del hemisferio sur del cuerpo (alias ojete), uno la caza de toque.

Ahora, experto en palillos, mi maestría llega a poder tomar un arroz, sí sí, como leés, un arroz...ja! Tomá mate! (con palillos si sos guapo!)